jueves, 10 de julio de 2008

La horca de la humanidad


“Ustedes leerán ahora su sentencia. La conozco. La muerte al hombre. Pero mi sentencia para ustedes fue dictada ya hace mucho tiempo: la muerte al fascismo y la esclavitud capitalista. La vida al hombre, al futuro, al comunismo”.

Julius Fucik “Reportaje al pie de la horca”


Esta fue la respuesta firme y serena que el militante comunista Julius Fucik dio al tribunal de la GESTAPO que le condenaba a muerte, en Berlín, el 25 de agosto de 1943. La pena capital dictada por los perros hitlerianos contra este abnegado luchador antifascista que sería ejecutada apenas dos semanas después. Aquel 8 de septiembre de 1943 en el mas hondo anonimato el cielo se teñía de negro para solidarizarse con el luto de los corazones de las fuerzas antifascistas y democráticas que recordarían esa fecha desde el año 1968 instituyendo en ella la Organización Internacional de Periodistas (OIP) su día, en memoria de aquel héroe de la resistencia que ofreció su vida por la causa mas bella y mas justa que puede conocer la humanidad, la revolución, dignificando esa profesión que se encuentra a años luz de esas fabricas de palabrería reaccionaria y alienante que hoy padecemos.

De familia obrera, Julius Fucik pasa una infancia no exenta de penalidades económicas que no serían una dificultad para que su disciplina y aplicación le permitiesen llegar a estudiar en la Universidad de Pilsen. En 1921 comienza a militar en el Partido Comunista de Checoslovaquia en cuyas publicaciones Rude Pravo y Tvorba trabajaría como redactor escribiendo sobre temas sociales y culturales entre las que destacan sus críticas teatrales.

En la década de los treinta viaja varias veces a la Unión Soviética, plasmados en su obra “En la tierra donde el mañana ya es ayer”, a partir de entonces su vida será consagrada al trabajo político y literario.

En 1939 el ejército nazi invade Checoslovaquia, comenzando la nueva actividad clandestina del Partido Comunista Checoslovaquia, en estos tiempos Julius Fucik escribe bajo pseudónimo sobre personajes de la cultura progresista y democrática checa en diferentes publicaciones. Dos años después en aquellos momentos tan aciagos para el pueblo checoslovaco es elegido miembro del Comité Central.

La abnegación de Julius Fucik por organizar la resistencia en Praga le costaría su detención por parte de la GESTAPO, la mala suerte y la poca experiencia clandestina, llevo a un obrero de la célula del partido en la fábrica de la Junkers que tenía que enlazar con él a cometer el error de no dirigirse a Fucik sino a un provocador llamado Dvorak, como el famoso compositor checo, que desveló su identidad y su posición dentro de la dirección del Partido Comunista de Checoslovaquia. Tras la detención es sometido a todo tipo de torturas y malos tratos por parte de los interrogadores que quedan reflejados en los capítulos denominados “400” y “Celda 267” donde aparecen este espeluznante relato.” “Paso la lengua sobre mis encías e intento contar los dientes rotos. No lo consigo. ¿Doce, quince, diecisiete? No. Ese es el número de los comisarios que "me interrogan" ahora. Algunos están visiblemente fatigados. Y la muerte tarda en venir”, a pesar de las escabrosas vejaciones a las que fue sometido, nunca delató a ninguno de sus camaradas "...No, no temáis. No hablaré. Confiad en mí. Después de todo, mi fin ya no puede estar lejano. Esto ahora es solo un sueño, una pesadilla febril: los golpes llueven, los esbirros me refrescan con agua. Y nuevos golpes. Y otra vez: ¡Habla! ¡Habla! ¡Habla! Pero aún no consigo morir.
Madre, padre: ¿Por qué me habéis hecho tan fuerte?
, e incluso de forma benevolente criticó a los que lo hicieron, “¡Oh, pobres débiles.¡ Como si la vida comprada con la de un camarada pudiese considerarse vida!” de ahí al fatal desenlace que le llevaría a ser trasladado de la cárcel de Pankrác a Berlín donde sería asesinado.

Reportaje al pie de la horca

La obra escrita por Julius Fucik durante su cautiverio en la cárcel de Pankrác, nos ha llegado gracias a un carcelero checo llamado A. Kolinsky, que le proporcionó el papel y el lápiz necesario para escribirlo y que arriesgó su vida para sacar hoja a hoja cada uno de estos versos de firmeza y entrega revolucionaria y que iba escondiendo clandestinamente en diferentes partes hasta que se las entregó a la viuda de Julius Fucik, Gusta Fucikova, quien lo recopiló y nos lo legó el testamento vital de un hombre que entregó todo lo que tuvo por la causa de liberar a la humanidad del yugo opresor. “Reportaje al pie de la horca” o al pie del patíbulo, como se tradujo en los países de América Latina, constituye uno de los testimonios más duros de las barbaridades cometidas por los genocidas nazis con la población de aquellos territorios en los que consiguieron imponer su ley de acero y fuego, pero conteniendo a la vez en cada una de sus páginas el heroísmo y el amor a humanidad que sólo un comunista como Julius Fucik pudo sintetizar en esta frase “Hombres os he amado.¡ Estad alerta!”. Fue traducida a más de ochenta y seis idiomas convirtiéndose en una de las obras universales de la literatura revolucionaria.

In Memoriam

El arrojo y el valor demostrado por Julius Fucik no es sólo su testimonio personal, sino que por el contrario es la voz de los miles de partisanos antifascistas y demócratas revolucionarios que a pesar de caer en los campos de batalla, de ser fusilados en la retaguardia y de sufrir las mismas defenestraciones físicas y psíquicas lo dieron todo por acabar con el fascismo y por conquistar la roja primavera, constituyendo hoy para los jóvenes antifascistas del mundo el mayor referente político, social y moral que se nos ha podido legar.

La reflexión que hoy debemos hacer es la misma que hizo Julius Fucik “¿Cuántos siglos ha necesitado el hombre para, al fin, abrir los ojos? ¿Por cuántos millares de celdas ha pasado la humanidad en su camino hacia delante? ¿Y cuanta le quedan aun por recorrer?”. Para avanzar hacia la conquista de la tierra y el asalto del cielo mirémonos en el espejo de Julius fucik que refleja lo que todos ansiamos.

No hay comentarios: